Edición /2016
Procedencia: Argentina y Francía
Duración: 12 minutos
Cía Lamajaradanza
Procedencia: Barcelona, Brasil
Duración: 14 minutos
El Colectivo Lamajara nació en el año 2013 para unir a bailarines y artistas de otras disciplinas en la búsqueda de un nuevo lenguaje del cuerpo. El colectivo organiza su trabajo de forma cooperativa y explora el concepto de cultura «a través de los principios de la naturaleza: el devenir, la transformación y el cambio». Su trayectoria está marcada por la reflexión sobre el territorio y su conexión con la tierra, la ciudad y los espacios comunes. En sus propias palabras: «Ese territorio que queremos describir se traduce en una forma de habitar desde la danza, integrando el cuerpo, no solamente por el placer de mover sino también como práctica política que se oponga a las lógicas de las estructuras capitalistas y coloniales».
3.3.
Música y danza
Procedencia: Pamplona y Galicia
Duración: 13 minutos
Cía Olatz Andrés
Privolva landing
Procedencia: Bilbao
Duración: 15 minutos
¿Y si en el futuro tuviéramos individualidades compartidas?
¿Y si en el futuro los cuerpos se homogeneizaran?
¿Y si para dar un paso necesitáramos que el otro diera un paso?
Privolva Landing es un extracto para espacios no convencionales de Privolva, pieza basada en el imaginario de la ciencia ficción.
A tempo Dansa
Procedencia: Castellón
Duración: 15
Cía Larrua
Larrua
Procedencia: Vitoria
Duración: 16 minutos
La danza contemporánea y el break dance conviven de manera armónica, casi orgánica, en este dúo interpretado por Miguel Ballabriga y Aritz López, con coreografía de Jordi Vilaseca. Tres destacados nombres en la escena nacional, en cuanto a creación e interpretación, que bajo el joven proyecto Larrua, ha unido talentos y discurso para trabajar en la unión de estas dos disciplinas dancísticas.
Una gran fisicalidad, siempre en contacto con un amplio trabajo alrededor de las emociones de dos cuerpos que se encuentran, marca la última expresión de esta pieza, ejemplo del discurso de Larrua, premio compañía emergente en Umore Azoka 2016. / Mercedes L. Caballero